Síndrome de dolor regional complejo

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¿Qué es el síndrome de dolor regional complejo?

El síndrome de dolor regional complejo (SDRC, también conocido por sus siglas en inglés como CRPS) es un término amplio que describe la inflamación y el dolor excesivos y prolongados que siguen a una lesión en un brazo o una pierna. Este síndrome tiene formas agudas (recientes y a corto plazo) y crónicas (que duran más de seis meses). Si tiene el síndrome de dolor regional complejo, tendrá una combinación variable de dolor espontáneo o un dolor excesivo que es mucho más fuerte de lo normal, después de algo tan leve como un roce. Otros síntomas incluyen cambios en el color de la piel, temperatura o hinchazón en el brazo o la pierna debajo del sitio de la lesión. Aunque en la mayoría de las personas este síndrome mejora con el tiempo y finalmente desaparece, los casos graves o prolongados son sumamente incapacitantes.

Debido a la variedad de síntomas, el hecho de que los síntomas pueden cambiar con el tiempo y por la dificultad para encontrar una causa positiva en algunos casos, el síndrome de dolor regional complejo es difícil de tratar. No existe ningún tratamiento que pueda curarlo rápidamente.

Síntomas

La mayoría de las personas no tienen todos estos síntomas y, por lo general, la cantidad de estos disminuye al irse recuperando.

  • Dolor no provocado o espontáneo que puede ser constante o fluctuar con la actividad. Es posible que sienta una sensación de ardor, de hormigueo, o como si le apretaran la extremidad afectada. Con el tiempo, si los nervios permanecen inflamados de forma crónica, el dolor puede extenderse y afectar la mayor parte o la totalidad del brazo o la pierna, incluso si el área afectada originalmente era más pequeña. En casos muy poco frecuentes, el dolor y otros síntomas ocurren en un lugar coincidente en la extremidad opuesta. Se cree que este “dolor espejo” refleja una afectación secundaria de las neuronas de la médula espinal (células nerviosas). El “dolor espejo” es menos intenso y se resuelve a medida que se recuperan los nervios lesionados.
  • Dolor excesivo o prolongado después del uso o contacto de la parte afectada. Es posible que haya un aumento de la sensibilidad en el área afectada, lo que se conoce como alodinia, en la que un tacto ligero, el contacto físico normal y el uso son muy dolorosos. También puede notar un dolor intenso o prolongado después de un estímulo levemente doloroso, como un pinchazo con un alfiler, lo que se conoce como hiperalgesia.
  • Cambios en la temperatura o el color de la piel o hinchazón de la extremidad afectada. La pierna o el brazo lesionados pueden sentirse más calientes o más fríos que la extremidad opuesta. La piel de la extremidad afectada puede cambiar de color y presentar manchas o volverse azulada, morada, gris, pálida o roja. Por lo general, estos síntomas de la piel fluctúan, ya que indican un flujo sanguíneo anormal en el área.
  • Cambios en la textura de la piel. Con el tiempo, el suministro insuficiente de oxígeno y de nutrientes puede hacer que la piel de la extremidad afectada cambie de textura. En algunos casos, se vuelve brillante y delgada, y en otros gruesa y escamosa. Evitar el contacto o el lavado de la piel adolorida contribuye a esta acumulación.
  • Sudoración anómala y crecimiento anormal de las uñas y el cabello. En la extremidad afectada, el cabello y las uñas pueden crecer a un ritmo anormalmente rápido o no crecer del todo, y es posible que se observen parches de sudoración profusa o no haya sudoración en lo absoluto. Todo esto ocurre bajo el control del sistema nervioso, con influencia de la circulación de sangre local.
  • Rigidez en las articulaciones afectadas. Este problema frecuente es el resultado de la reducción del movimiento que da origen a una reducción de la flexibilidad de los tendones y los ligamentos. A veces, los ligamentos o tendones tensos frotan o pinchan los nervios, lo que resulta en una causa interna del síndrome de dolor regional complejo en aquellas personas que no tienen lesiones externas.
  • Desgaste o crecimiento excesivo de los huesos. En las extremidades afectadas por este síndrome, los huesos que reciben señales de los nervios dañados se ven afectados muy rara vez. A menudo, estas anomalías son visibles en radiografías u otras imágenes que ayudan a los especialistas a precisar la ubicación del daño en los nervios e identificar los mejores tratamientos. Las áreas ásperas o agrandadas del hueso, como sucede después de una fractura mal sanada o de un quiste óseo, pueden irritar los nervios que pasan por esa área e iniciar o prolongar el síndrome de dolor regional complejo.
  • Deterioro de la fuerza muscular y el movimiento. La mayoría de las personas con este síndrome no tienen lesiones directas en las fibras nerviosas que controlan los músculos que coordinan el movimiento muscular. Sin embargo, la mayoría informa una menor capacidad para mover la parte del cuerpo afectada. Esto generalmente se debe al dolor y a anomalías en la información sensorial que ayuda a coordinar los movimientos. Además, la inflamación excesiva y la mala circulación no son saludables para los músculos. En raras ocasiones, los pacientes mencionan tener un movimiento anormal en las extremidades afectadas, una postura anormal fija llamada distonía y temblores o sacudidas en la extremidad. Esto puede reflejar la propagación secundaria de la actividad neuronal perturbada al cerebro y la médula espinal. La mayoría de estos problemas se resuelven por sí solos al curarse el síndrome de dolor regional complejo, pero algunas personas necesitan cirugía ortopédica para alargar los tendones contraídos y restaurar la flexibilidad y la posición normales.

Resultados

Los resultados del síndrome de dolor regional complejo son muy variables:

  • En la mayoría de los casos, la enfermedad es leve y las personas se recuperan en algunos meses o años, a medida que el nervio lesionado vuelve a crecer. Si esto no sucede, los síntomas pueden persistir y causar una discapacidad a largo plazo.
  • El resultado no solo depende de la gravedad de la lesión original, sino también de la salud general de la persona y la salud de los nervios subyacentes. Los jóvenes, niños y adolescentes casi siempre se recuperan, al igual que los adultos mayores con buena circulación y una nutrición adecuada. Fumar es un impedimento importante para la regeneración de los nervios, al igual que la diabetes y un tratamiento anterior de quimioterapia. Al eliminar las barreras para sanar aumenta la posibilidad y la velocidad de la recuperación.
  • Muy pocas personas tienen un dolor intenso prolongado y discapacidad, a pesar del tratamiento. Esto puede indicar otros problemas subyacentes separados que interfieren en la sanación y requieren pruebas y tratamientos adicionales.

¿Quién tiene más probabilidad de tener el síndrome de dolor regional complejo?

No está claro por qué algunas personas presentan el síndrome de dolor regional complejo, mientras que en otras con una lesión similar no aparece. Lo que sí se sabe es que este síndrome se observa con más frecuencia en las mujeres, pero puede ocurrir en cualquier persona a cualquier edad, siendo más común alrededor de los 40 años. Es poco frecuente en los ancianos, quienes tienen menos inflamación después de una lesión, y en los niños pequeños que se curan rápidamente y por completo.

En más del 90 por ciento de los casos, el síndrome se desencadena por un malfuncionamiento o un traumatismo en un nervio o una lesión en la extremidad afectada que daña las fibras nerviosas sensoriales y autonómicas más delgadas, conocidas como pequeñas fibras nerviosas periféricas no mielinizadas de tipo C. Estas “fibras pequeñas”, que carecen de vainas de mielina gruesas aislantes (una capa protectora, como el aislamiento que rodea un cable), son las que transmiten las sensaciones de dolor, picazón y temperatura al cerebro, además de controlar los vasos sanguíneos pequeños y la salud de casi todas las células circundantes. El sistema nervioso periférico se encarga de la señalización nerviosa desde el cerebro y la médula espinal hacia todas las demás partes del cuerpo. La activación o la señalización nerviosa excesiva también desencadena una inflamación diseñada para promover la sanación y el descanso después de una lesión. En algunas personas, la lesión del nervio es evidente, pero en otras puede ser necesario visitar un especialista para localizar y tratar la lesión.

Las acciones o actividades más frecuentes que originan el síndrome de dolor regional complejo son:

  • Fracturas. Son la causa más frecuente, en especial las fracturas de muñeca. Los nervios se pueden lesionar por un hueso desplazado o astillado, o por la presión de un yeso apretado. Los yesos muy apretados o dolorosos deben cortarse y reemplazarse de inmediato para evitar esta complicación.
  • Cirugía. Una incisión quirúrgica, retractores, posicionamiento, suturas o cicatrices postoperatorias pueden lesionar los nervios. A veces, se puede identificar y solucionar la causa, pero se puede tener el síndrome de dolor regional complejo incluso cuando la cirugía sale bien.
  • Esguinces/distensiones. Las rupturas de los tejidos conectivos, o el traumatismo que las causa, pueden permitir un movimiento excesivo de una articulación, lo que estira los nervios cercanos.
  • Lesiones menores como quemaduras o cortaduras. Estas son las señales visibles de lesiones que también pueden haber dañado los nervios subyacentes.
  • Inmovilización de extremidades (a menudo con yeso). Además de casos muy poco frecuentes en que presionan los nervios y restringen el flujo de sangre hacia las manos y los pies, como se indicó anteriormente, los yesos imponen el desuso prolongado de una extremidad y la privan de información sensorial. Después de que se retira el yeso, las neuronas necesitan tiempo para readaptarse a la señalización normal.
  • Aunque ocurre con poca frecuencia, las penetraciones, como las de una cortadura o el pinchazo de una aguja, accidentalmente pueden perforar un nervio sensorial superficial. Los especialistas en nervios ayudan a localizar el nervio lesionado trazando un mapa de los cambios sensoriales en la piel. Idealmente, las lesiones nerviosas penetrantes más grandes se reparan de inmediato de forma quirúrgica para permitir que las fibras nerviosas cortadas vuelvan a crecer en la porción nerviosa más alejada, a fin de volver a conectarse con los tejidos objetivo.

Menos del 10 por ciento de las personas con síndrome de dolor regional complejo informan no haber tenido una lesión que haya causado un traumatismo. A menudo, la causa es una lesión nerviosa interna no diagnosticada, como el roce de los nervios o su sujeción contra estructuras internas duras o cicatrices. A veces, pequeños coágulos bloquean el flujo de sangre a un nervio y lo lesionan. Muy rara vez, un tumor nuevo, una infección (como la lepra) o vasos sanguíneos anómalos irritan un nervio. Un nuevo caso de síndrome de dolor regional complejo sin causa evidente requiere una evaluación exhaustiva para verificar si hay problemas internos.

Otros factores que pueden influir en el síndrome de dolor regional complejo incluyen:

Mala circulación. Esto puede impedir que los nervios y tejidos sanen. El daño a las fibras pequeñas que controlan el flujo sanguíneo provoca muchos síntomas del síndrome del dolor regional complejo. Los vasos sanguíneos de la extremidad afectada pueden dilatarse (abrirse más) y filtrar líquido al tejido circundante, lo que provoca que la piel se enrojezca y se hinche. Esto puede privar de oxígeno y nutrientes a los músculos subyacentes y a los tejidos más profundos, lo que puede causar debilidad muscular y dolor en las articulaciones. Cuando los vasos sanguíneos de la piel se contraen en exceso (se restringen), la piel se vuelve fría, blanca, gris o azulada.

El síndrome de dolor regional complejo ocurre solo en las extremidades porque allí la circulación está restringida. La sangre arterial que el cuerpo bombea hacia las manos y los pies debe luchar contra la gravedad para regresar de forma ascendente por las venas al corazón. El daño a las fibras C puede impedir esto, permitiendo que los líquidos sanguíneos permanezcan en la extremidad, en la que la hinchazón bloquea aún más el regreso del flujo sanguíneo. La circulación lenta impide el suministro de oxígeno y de los nutrientes necesarios para que sane la lesión y, a veces, provoca la propagación de la lesión celular. A menudo, lo que permite que comience la recuperación es cuando se rompe el ciclo al reducir la hinchazón de las extremidades y restaurar la circulación.

  • Cuando descanse o duerma, mantenga elevados la pierna o el brazo afectados por el síndrome de dolor regional complejo, para así ayudar a que el exceso de líquido regrese al corazón.
  • Haga ejercicio todos los días, aunque solo sea por unos minutos, ya que es fundamental para mejorar la circulación y la oxigenación. Los fisioterapeutas pueden ayudar a diseñar un régimen de ejercicios.
  • Es posible que necesite medias o mangas de compresión para limitar la hinchazón, especialmente cuando está de pie.

Mala salud de los nervios. Afecciones como la diabetes o la exposición a toxinas que afectan los nervios pueden hacer que estos sean menos resistentes. Las personas con neuropatías periféricas generalizadas pueden ser incapaces o más lentas para regenerar células nerviosas debido a una lesión o estrés que no causaría problemas en nervios sanos. Un aspecto esencial para la recuperación del síndrome de dolor regional complejo es mejorar la salud general de los nervios eliminando o mejorando las condiciones que retrasan su crecimiento.

Papel del sistema inmunitario. Las células de las fibras nerviosas pequeñas de tipo C también se comunican con las células inmunitarias para ayudarnos a sanar de una lesión. La señalización nerviosa excesiva o prolongada puede desregular las células inmunitarias en la extremidad afectada, al igual que la mala circulación asociada con el síndrome de dolor regional complejo. Es posible que usted tenga niveles locales elevados de sustancias químicas inflamatorias llamadas citocinas. Estas contribuyen al enrojecimiento, la hinchazón y el calor en la extremidad afectada. El síndrome de dolor regional complejo es más común en personas con otras afecciones inflamatorias y autoinmunitarias como el asma. Algunas personas con síndrome de dolor regional complejo pueden tener anticuerpos anormales que promueven un ataque inmunitario a las fibras pequeñas.

Genética. La genética, junto con el entorno, influye en la capacidad de cada persona para recuperarse de una lesión. Se han documentado la existencia de contados casos familiares de este síndrome. El síndrome de dolor regional complejo familiar puede ser más grave con un inicio más temprano, una mayor distonía y la inclusión de más de una extremidad.

¿Cómo se diagnostica y se trata el síndrome de dolor regional complejo?

Diagnóstico

No existe ninguna prueba específica que pueda confirmar el síndrome de dolor regional complejo e identificar el nervio lesionado. El diagnóstico incluye:

  • Un examen detallado realizado por un médico, como un neurólogo, un ortopedista o un cirujano plástico familiarizado con los patrones normales de la anatomía de los nervios sensoriales. A menudo, el dibujo del contorno de la piel más anormal revela cuál es el nervio afectado.
  • Los estudios de conducción nerviosa detectan algunas, aunque no todas, las lesiones nerviosas asociadas con el síndrome del dolor regional complejo (algunas lesiones incluyen diminutas ramas nerviosas que no se pueden detectar de esta manera).
  • Las imágenes de diagnóstico de los nervios, mediante un ultrasonido o una resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés), también llamada neurografía por resonancia magnética, a veces revelan un daño nervioso subyacente. Las anomalías características de los huesos y la médula ósea en la resonancia magnética pueden ayudar a identificar el nervio lesionado.
  • Las gammagrafías óseas de tres fases (con un colorante) a veces muestran una reabsorción ósea excesiva asociada con el síndrome de dolor regional complejo (la degradación y la absorción normales del tejido óseo en el cuerpo), lo que puede ayudar con el diagnóstico y la localización del área lesionada.

Debido a que, por lo general, el síndrome de dolor regional complejo mejora con el tiempo, el diagnóstico es más fácil en las primeras etapas del trastorno y no debe demorarse.

Tratamiento

El tratamiento es más eficaz cuando se inicia temprano. Las terapias principales y que se utilizan ampliamente incluyen:

Rehabilitación y fisioterapia. Este es el tratamiento más importante para el síndrome de dolor regional complejo. Mantener en movimiento la extremidad o la parte del cuerpo adolorida mejora el flujo sanguíneo y disminuye los síntomas circulatorios, además de mantener la flexibilidad, la fuerza y ​​la función. La rehabilitación de la extremidad afectada ayuda a prevenir o revertir los cambios secundarios en la médula espinal y el cerebro asociados con el desuso y el dolor crónico. La terapia ocupacional puede ayudarle a aprender nuevas formas de volverse activo y regresar al trabajo y a las tareas diarias.

Psicoterapia. A menudo, las personas con síndrome de dolor regional complejo grave desarrollan problemas psicológicos secundarios que incluyen la depresión, la ansiedad situacional y, a veces, el trastorno de estrés postraumático. Estos problemas aumentan la percepción del dolor, reducen aún más la actividad y la función cerebral, y dificultan que los pacientes busquen atención médica y participen en la rehabilitación y la recuperación. El tratamiento psicológico puede ayudarle a sentirse mejor y recuperarse más del síndrome de dolor regional complejo.

Imaginería motora graduada. Se pueden enseñar ejercicios mentales que incluyen cómo identificar las partes del cuerpo dolorosas del lado izquierdo y derecho, mientras se mira en un espejo y se visualiza el movimiento de esas partes corporales dolorosas sin moverlas en la realidad. Se cree que esto envía señales sensoriales no dolorosas al cerebro que ayudan a revertir los cambios cerebrales que prolongan el síndrome de dolor regional complejo.

Medicamentos. Se ha reportado que existen varias clases de medicamentos que son eficaces para tratar el síndrome de dolor regional complejo, en especial cuando se administran en las primeras etapas de la enfermedad. Sin embargo, ninguno está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para comercialización específicamente para este síndrome, y no se garantiza que ningún medicamento o combinación de estos sea eficaz en todos los casos. Su médico puede recomendar:

  • Acetaminofén para reducir el dolor asociado con la inflamación y la afectación de los huesos y las articulaciones.
  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para tratar la inflamación y el dolor moderados, lo que incluye dosis suficientes de aspirina, ibuprofeno y naproxeno de venta libre.
  • Medicamentos de eficacia comprobada para otras afecciones de dolor neuropático, como nortriptilina, gabapentina, pregabalina y duloxetina.
  • Ungüentos, aerosoles o cremas que sean anestésicos locales de uso tópico, como la lidocaína, y parches como el fentanilo. Estos pueden reducir la alodinia y al cubrir la piel con parches se puede brindarle protección adicional.
  • Bisfosfonatos, como dosis altas de alendronato o pamidronato intravenoso, que reducen los cambios óseos.
  • Corticosteroides, como la prednisolona y la metilprednisolona, que tratan la inflamación o la hinchazón y el edema.
  • Inyecciones de toxina botulínica, que pueden ayudar en casos graves, en especial para relajar los músculos contraídos y restaurar las posiciones normales de las manos o los pies.
  • Los opioides, como la oxicodona, la morfina, la hidrocodona y el fentanilo, pueden ser necesarios para las personas con un dolor más intenso. Sin embargo, los opioides pueden ocasionar a una mayor sensibilidad al dolor y se corre el riesgo de dependencia.
  • Los antagonistas de los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDA), como el dextrometorfano y la ketamina, pero son tratamientos controvertidos no comprobados.

Estimulación de la médula espinal. Se usa una aguja para introducir electrodos estimulantes en la columna fuera de la médula espinal. Estos electrodos crean sensaciones de hormigueo en el área adolorida que ayudan a bloquear las sensaciones de dolor y a normalizar la señalización a la médula espinal y el cerebro. Los electrodos se pueden colocar temporalmente durante unos días para evaluar si la estimulación pudiese ser útil. Se requiere una cirugía menor para implantar el estimulador, la batería y los electrodos debajo de la piel del torso. Una vez implantados, se pueden encender y apagar los estimuladores y hacer ajustes mediante un controlador externo.

Otros tipos de estimulación neural. Se puede usar la neuroestimulación implantada en otros lugares, incluso cerca de los nervios lesionados (estimuladores de nervios periféricos), debajo del cráneo (estimulación de la corteza motora con electrodos) y dentro de los centros del dolor cerebral (estimulación cerebral profunda). Los recientes tratamientos comerciales no invasivos que están disponibles incluyen una estimulación en el nervio peroneo en la rodilla. También existe la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS, por sus siglas en inglés), que es una forma no invasiva de estimulación cerebral que utiliza un campo magnético para cambiar la señalización eléctrica en el cerebro. Además, se está investigando un uso similar en el hogar de pequeños estimuladores eléctricos transcraneales directos. Estos métodos de estimulación tienen la ventaja de ser no invasivos; sin embargo, se necesitan sesiones de tratamiento repetidas para mantener el beneficio logrado, por lo que requieren tiempo.

Bombas de infusión de analgésicos para líquido cefalorraquídeo. Estos dispositivos se implantan para administrar medicamentos para aliviar el dolor directamente en el líquido cefalorraquídeo que baña las raíces de los nervios y la médula espinal. Por lo general, se trata de mezclas de opioides, agentes anestésicos locales, clonidina y baclofeno. La ventaja es que se pueden usar dosis muy bajas que no se propagan más allá del canal espinal, por lo que no afectan otros sistemas del cuerpo. Esto disminuye los efectos secundarios y aumenta la eficacia de los medicamentos.

Terapias alternativas y holísticas. Algunas personas con síndrome de dolor regional complejo están probando tratamientos accesibles, como marihuana medicinal, modificación del comportamiento, acupuntura, técnicas de relajación (como biorretroalimentación, relajación muscular progresiva y terapia de movimiento guiado) y tratamiento quiropráctico. Aunque estas terapias no ayudan a la causa principal del síndrome de dolor regional complejo, algunas personas las encuentran útiles.

Terapia de uso limitado para el dolor más intenso o que no se resuelve y que no ha respondido al tratamiento convencional. Esto incluye la ketamina. Algunos investigadores informan que se observa un beneficio de la administración intravenosa de dosis bajas de ketamina, un anestésico fuerte, durante varios días. En ciertos entornos clínicos, se ha demostrado que la ketamina es útil para tratar el dolor que no responde bien a otros tratamientos. Sin embargo, puede causar delirios y otros síntomas de psicosis con un impacto duradero.

Entre los tratamientos anteriores que se utilizan muy pocas veces se encuentran:

Bloqueo del nervio simpático. Anteriormente, se usaban bloqueos simpáticos, en los que se inyecta un anestésico junto a la columna para bloquear directamente la actividad de los nervios simpáticos y mejorar el flujo sanguíneo. Algunos estudios más recientes demuestran que no hay ningún beneficio duradero después de que desaparece el efecto del anestésico inyectado y existe el riesgo de lesiones por las inyecciones con aguja, por lo que este enfoque ha perdido popularidad.

Simpatectomía quirúrgica. Este proceso destruye algunos de los nervios que transmiten las señales de dolor. Su uso es controvertido, pues algunos expertos consideran que es injustificado y empeora el síndrome de dolor regional complejo, mientras que otros informan haber obtenido ocasionalmente resultados favorables. La simpatectomía debe usarse solo en personas cuyo dolor se alivia de forma drástica, aunque sea temporalmente, con el bloqueo de los nervios simpáticos.

Corte de nervios lesionados o raíces nerviosas. A menudo, las personas con síndrome de dolor regional complejo preguntan si cortar el nervio dañado por encima del sitio de la lesión eliminaría el dolor. De hecho, esto causa una lesión mayor de los nervios que afectaría un área más grande de la extremidad. Además, la médula espinal y el cerebro reaccionan mal a la falta de estimulación, lo que puede provocar síndromes de dolor central. Salvo en circunstancias excepcionales, como el caso de los cuidados paliativos, esto no debe realizarse.

Amputación de la extremidad inferior dolorosa. Esta es una forma aún más drástica e incapacitante de cortar los nervios, y las consecuencias son irreversibles, considerando que el síndrome de dolor regional complejo casi siempre mejora con el tiempo, aunque a veces lentamente. Por lo tanto, la amputación no es adecuada si se usa solo para controlar el dolor, pero en muy pocas ocasiones es necesaria para controlar la infección del hueso o para permitir el uso de una prótesis en personas afectadas por mucho tiempo que no se recuperan. Este es un último recurso que no debe utilizarse sin el aporte de varios especialistas, junto con asesoría psicológica.

¿Cuáles son los últimos adelantos sobre el síndrome de dolor regional complejo?

La misión del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) es buscar conocimientos fundamentales sobre el cerebro y el sistema nervioso, y utilizarlos para reducir la carga de las enfermedades neurológicas. El NINDS forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), el principal patrocinador de la investigación biomédica en el mundo, y lidera la investigación de los NIH sobre el síndrome de dolor regional complejo.

La iniciativa NIH HEAL (Helping to End Addiction Long-TermSM) es un ambicioso esfuerzo entre varios institutos, centros y oficinas de los NIH para acelerar las soluciones científicas para detener la crisis nacional de salud pública causada por los opioides. A través de esta iniciativa, los NIH apoyan las investigaciones para mejorar el control del dolor y el tratamiento del uso indebido y la adicción a los opioides. La iniciativa NIH HEAL incluye áreas de enfoque de investigación dirigidas por 12 institutos y centros de los NIH, los cuales respaldan cientos de proyectos que reflejan toda la gama de las investigaciones, desde las ciencias básicas hasta las investigaciones de implementación.

Los científicos apoyados por el NINDS están estudiando nuevos enfoques para comprender y tratar el síndrome de dolor regional complejo e intervenir para limitar los síntomas y la discapacidad asociados con el síndrome. Otros institutos de los NIH también apoyan las investigaciones sobre el síndrome de dolor regional complejo y otras afecciones dolorosas. Los esfuerzos de investigación incluyen:

  • Comprender cómo se desarrolla el síndrome de dolor regional complejo mediante el estudio de la activación del sistema inmunitario y la señalización de los nervios periféricos, utilizando sistemas modelo de la enfermedad.
  • Enfoques genéticos y otros enfoques para investigar la contribución de las células inflamatorias periféricas y las células no neuronales del sistema nervioso central a la fase aguda del síndrome de dolor regional complejo y su transición a la fase crónica del trastorno.
  • Examinar biopsias de suero y piel para comprender mejor los cambios en la inmunidad que se observan en el síndrome de dolor regional complejo postraumático. Estos estudios pueden brindar apoyo para futuras investigaciones clínicas sobre el síndrome de dolor regional complejo que utilicen inmunoglobulina intravenosa (IgIV), anticuerpos anticélulas B tipo rituximab y otros tratamientos aprobados por la FDA para enfermedades autoinmunitarias.
  • Estudiar la neuroplasticidad en niños y adolescentes con síndrome de dolor regional complejo, quienes generalmente tienen un mejor pronóstico que los adultos, para comprender mejor los mecanismos que pueden prevenir el dolor crónico y desarrollar terapias más efectivas para tratar la enfermedad.
  • Evaluar experimentalmente el uso de la ketamina (que se ha utilizado como terapia adicional para tratar el dolor crónico en adultos) y de la dexmedetomidina (que tiene propiedades sedantes y analgésicas) para tratar el dolor en niños.
  • Investigar la eficacia de la estimulación magnética transcraneal para reducir el dolor relacionado con este síndrome y los síntomas cognitivos, físicos y emocionales asociados.

Se puede encontrar más información acerca de las investigaciones sobre el síndrome de dolor regional complejo respaldadas por el NINDS y otros institutos y centros de los NIH utilizando NIH RePORTER, una base de datos en inglés para hacer búsquedas sobre proyectos de investigación actuales y anteriores respaldados por los NIH y otras agencias federales. RePORTER también incluye enlaces a publicaciones y recursos de estos proyectos. Ingrese “complex regional pain syndrome” para iniciar su búsqueda.

Para consultar artículos de investigación y resúmenes sobre el síndrome de dolor regional complejo, haga una búsqueda en inglés en PubMed, que contiene citas de revistas médicas y otros sitios (aunque son menos, también puede hacer búsquedas para ver si hay artículos en español).

¿Cómo se puede ayudar a mejorar el cuidado de las personas con el síndrome de dolor regional complejo?

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Estudios clínicos
Obtenga más información sobre los estudios clínicos. Estos son estudios que nos permiten aprender más sobre los trastornos y las enfermedades, y mejorar los cuidados. Pueden ayudar a dar acceso a los pacientes a tratamientos nuevos y futuros.

Considere la posibilidad de participar en un estudio clínico, para que los médicos y los científicos puedan aprender más sobre el síndrome de dolor regional complejo. Las investigaciones clínicas se realizan con voluntarios y ayudan a los investigadores a aprender más sobre un trastorno y quizás a encontrar mejores maneras de detectar, tratar o prevenir una enfermedad de forma segura.

Se necesitan todo tipo de voluntarios (personas saludables o que puedan tener una enfermedad o afección), de todas las edades, sexos, razas y etnias para garantizar que los resultados del estudio se apliquen a tantas personas como sea posible, y que los tratamientos sean seguros y eficaces para todos los que los usen.

Para obtener información sobre cómo participar en una investigación clínica, visite la página de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) sobre la investigación clínica. Aprenda más sobre los estudios clínicos que actualmente están buscando a personas con síndrome de dolor regional complejo en Clinicaltrials.gov. Esta es una base de datos en inglés sobre estudios clínicos actuales y anteriores, y los resultados de las investigaciones.

 

¿Dónde puedo encontrar más información sobre el síndrome de dolor regional complejo?

Las siguientes organizaciones podrían tener información adicional. Es posible que la información esté disponible solo en inglés:

NeuropathyCommons.org

Reflex Sympathetic Dystrophy Syndrome Association (RSDSA)
Teléfono: (203) 877-3790 o (877) 662-7737

International Research Foundation for RSD/CRPS
Teléfono: (813) 995-5511

Para información adicional sobre el síndrome de dolor regional complejo

MedlinePlus en español

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