Estimulación cerebral profunda para los trastornos de movimiento

¿Qué investigaciones se están llevando a cabo?

La investigación financiada por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) que es parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), sobre el circuito del cerebro era fundamental para el desarrollo de la estimulación cerebral profunda. Los investigadores siguen estudiando la estimulación cerebral profunda y tratando de desarrollar formas de mejorarla. Los investigadores están monitoreando el progreso de los  participantes durante un período de dos años que reciben estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Parkinson, temblores esenciales o distonía. Se evaluará la ubicación de la estimulación cerebral profunda y los neuroestimuladores serán programados según sea necesario. Otros investigadores de NINDS están recolectando datos sobre la fisiología y la efectividad de la terapia de estimulación cerebral profunda y la función motora y cognitiva en personas con la enfermedad de Parkinson, distonía o temblores esenciales que no responden a otro tratamiento. La investigación adicional apoyada por NINDS busca desarrollar generadores de impulsos implantables mejorados y nuevos dispositivos para comprender mejor y optimizar los efectos de la neuroestimulación.


Definición
Definición

La estimulación cerebral profunda (deep brain stimulation o DBS en inglés) es un procedimiento quirúrgico utilizado para tratar varios síntomas neurológicos incapacitantes, más comúnmente los síntomas motores debilitantes de la enfermedad de Parkinson, como temblores, rigidez, movimiento ralentizado y problemas para caminar. El procedimiento también se usa para tratar temblores, distonía y epilepsia focal (epilepsia que se origina en solo una parte del cerebro). En la actualidad, el procedimiento se usa solamente para las personas cuyos síntomas no pueden controlarse adecuadamente con medicamentos. Sin embargo, solo las personas que mejoran hasta cierto punto después de tomar medicamentos para la enfermedad de Parkinson se benefician de la estimulación cerebral profunda.
La estimulación cerebral profunda usa un dispositivo médico implantado quirúrgicamente y operado con batería llamado un generador de pulso implantable (IPG), similar a un marcapasos cardíaco y aproximadamente el tamaño de un cronómetro, para entregar estimulaciones eléctricas a áreas específicas en el cerebro que controlan el movimiento, bloqueando así los señales nerviosas anormales que causan los síntomas. El sistema de estimulación cerebral profunda consiste en tres componentes: el cable, la extensión y el IPG. El cable (también llamado electrodo), un cable delgado y aislado que se inserta a través de una pequeña abertura en el cráneo y se implanta en el cerebro. La punta del electrodo se coloca dentro del área específica del cerebro. La extensión es un cable aislado que se pasa debajo de la piel de la cabeza, el cuello y el hombro, conectando el cable al generador de pulso implantable. El IPG (el "paquete de baterías") es el tercer componente y se implanta generalmente debajo de la piel, cerca de la clavícula. En algunos casos, puede ser implantado más bajo en el pecho o debajo de la piel sobre el abdomen.
Antes del procedimiento, un neurocirujano utiliza imágenes por resonancia magnética o exploración por tomografía computarizada para identificar y localizar el objetivo exacto dentro del cerebro para la intervención quirúrgica. En general, estas áreas son el tálamo, núcleo subtalámico y el globus pallidus.
Una vez que el sistema está en su lugar, los impulsos eléctricos se envían desde el IPG a lo largo de la extensión y el cable y por el cerebro. Estos impulsos bloquean los señales eléctricas anormales y alivian los síntomas motores.

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Tratamiento

La estimulación cerebral profunda utiliza la estimulación eléctrica para regular las señales eléctricas en los circuitos neuronales hacia y desde las áreas identificadas en el cerebro para mejorar los síntomas del movimiento. Por lo tanto, si la estimulación cerebral profunda causa efectos secundarios no deseados o se desarrollan tratamientos más nuevos y prometedores en el futuro, el generador de impulsos implantable puede ser removido, y el procedimiento de estimulación cerebral profunda puede ser detenido. Además, la estimulación del IPG es fácilmente ajustable, sin necesidad de más cirugía, si la condición de la persona llegara a cambiar. Algunas personas describen los ajustes del generador de impulsos como una especie de "programación". La estimulación cerebral profunda implica un mínimo cambio quirúrgico permanente en el cerebro. A pesar de ser mínimamente invasiva, la estimulación cerebral profunda es un procedimiento quirúrgico que conlleva cierto riesgo asociado. Hay una pequeña posibilidad de que la colocación del estimulador pueda causar hemorragia o infección en el cerebro. Las complicaciones pueden incluir sangrado e hinchazón del tejido cerebral, dolores de cabeza, convulsiones y dolor temporal después de la cirugía.

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Pronóstico

La mayoría de las personas aún necesitan tomar medicamentos después de someterse a una estimulación cerebral profunda. Muchas personas con la enfermedad de Parkinson experimentan una reducción considerable de su síntomas motores después de someterse a una estimulación cerebral profunda y pueden reducir sus medicamentos. Las personas con distonía pueden responder mejor a la estimulación cerebral profunda que los medicamentos para reducir las contracciones musculares involuntarias. La estimulación cerebral profunda que se dirige al tálamo puede mejorar el movimiento involuntario de las manos, los brazos y la cabeza que está asociado con los temblores involuntarios. La estimulación cerebral profunda para la epilepsia puede reducir el número de ataques a lo largo del tiempo. La estimulación cerebral profunda no mejora los síntomas cognitivos en la gente con Parkinson y, de hecho, puede empeorarlos, por lo que generalmente no se usa si hay signos de demencia. La estimulación cerebral profunda cambia el patrón cerebral que dispara señales, pero no ralentiza la progresión de la neurodegeneración.

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